Logo de Trámite.

El circulo de los nuestros 

 

“El pueblo entero, como un solo ser, respiraba bajo la condena del tiempo detenido.”

-Elena Garro.

 

Al extender mi mano no estaba sola, otra mano la abrazaba y abrazaba la mano de mi mano y otra mano la vez y así sucesivamente hasta formar un circulo, juntos los 6 éramos uno, y éramos uno a uno con él. Un solo cuerpo cara a cara con el alquimista que nos rodeaba con sus brazos, que eran tan largos que nadie se quedaba fuera de ese abrazo. 

 

Rocca Luis César no llegó hasta aquí solo; todo ha sido fruto de un impulso y crecimiento colectivo. Las historias de los demás se entrelazan con las de él, las enriquecen y le dan sentido. En las interacciones con los visitantes a su instalación busca crear una red, el tejido de lo que ahora cree que es más importante: la comunidad. La resistencia y la memoria son herramientas frente a las situaciones que nos atraviesan. Caminar este sendero exige compañía. El artista busca recolectar memorias de quienes han podido seguir adelante gracias a la núcleo extendido.


El ritual es parte de sanar. A través de la magia y la imaginación podemos abrir caminos hacia lugares cálidos y luminosos: ceremonias que nos conectan con lo que tenemos al lado. Este círculo es símbolo de la hermandad, del hogar y de los acompañantes; es el círculo de los nuestros. En él habita el abrazo del mago (lo invisible, lo secreto), la posibilidad de encarnar la otredad (los tótems) y las señales mágicas de la vida (las esferas, los mensajes). Todo ello nos recuerda que el desborde de existir en este espiral energético solo puede transitarse en sostén, con empatía y apoyo.


La magia no es individualista: se construye y se vive en alianza, en ofrendas, cantos, gestos, goce, duelos, en vínculos afectivos y resistencia. La fuerza creativa aparece cuando la tribu comparte un mismo destino, atrapada en un invocación perpetua, una procesión que asciende hacia la cima, recordándonos que el viaje nunca es solitario: siempre se hace en círculo.

← Volver