EL SPAM DE LA TIERRA
En 2011 Hito Steyerl desarrolla una trilogía de textos enfocados a la reflexión de los datos que fluyen en internet y que eventualmente desencadenarán en archivo humano, el último, de ellos - cuyo título retoma ( y a la vez plagia) esta exhibición - es Los spams de la Tierra , en él ella imagina y propone que la herencia que dejaremos a las inteligencias futuras no será nuestra vida cotidiana, sino un cúmulo de imágenes y datos que circularán sin descanso.
La memoria se presenta aquí como un archivo saturado de representaciones que fabrican una ficción de lo que es ser humano: cuerpos idealizados y mercantilizados e información reciclada, el spam digital se presenta aquí como un fósil anticipado, un escombro del ruido más que el de la experiencia.
La propuesta curatorial presentada por el garage digital subvierte esta premisa, más que preguntarse por los mensajes artificiales que emitimos y proyectamos hacia el futuro, se plantea reconfigurar y canalizar todos los datos que la tierra envía y cómo se entrecruzan con nuestro contexto político, social, histórico y memorístico, si Hito hablaba de imágenes humanas flotando en el espacio, aquí se trata de leer o ficcionar los registros materiales del planeta: los datos sísmicos de un volcán, la memoria inscrita en la madera, la huella de la contaminación de los objetos, la transformación de lo vivo en residuos, se intenta escuchar lo que ya está inscrito en la materia y sus procesos de degradación.
Las piezas que conforman la exhibición se sitúan en este cruce: una barca dotada de pies de madera muestra la mutación de lo natural en prótesis, una serie de bordados que transforma mediciones geológicas en textura visible y archivos orales, desechos
tecnológicos que reconfiguran en narrativa audiovisual, estructuras metálicas que aluden a ruinas submarinas ficticias.
En conjunto, las piezas funcionan como dispositivos de traducción, toman los registros materiales y los convierten en signos legibles, subrayando la tensión entre memoria biológica, dato científico, residuo tecnológico y gesto político.
De esta manera EL SPAM DE LA TIERRA plantea reconocer que el archivo del futuro no solo será definido por nuestras proyecciones, sino por los registros silenciosos que ya produce el planeta, mientras seguimos saturando el presente con ficciones visuales, la tierra escribe su propia arqueología, una memoria que desborda nuestra voluntad de control y que, inevitablemente, nos confronta con lo que realmente hemos hecho.
Francisco Zúñiga
Curador