Este gabinete arcade responde a las necesidades de un nuevo mundo en donde antes eran máquinas cuyo único objetivo era entretener y sacar monedas, ahora nos encontramos con una máquina lúdica consciente de su propio entorno. El receptáculo de monedas ha quedado inhabilitado por el desuso, la máquina ahora es un jardín, traído a la vida desde el escombro tecnológico, reanimada con los deseos de inspirar amor por el arte digital y adecuada con el entorno natural de quien haga interfaz con ella. La sala virtual donde se lleva a cabo la exposición es un ejercicio solarpunk donde los artistas digitales muestran piezas inspiradas en el metaverso, los refugios y la naturaleza.